Un sueño, de profesor de Historia en instituto a enseñar a futuros bomberos
Por Adrián García-Caro Moreno, profesor del Instituto Vigiles
En la vida siempre tuve claro que quería ser profesor de Historia, pero también he tenido latente la vocación de servicio. Nací y crecí en una casa por la que circulaban constantemente vehículos de emergencias. Siempre que los escuchaba pasar, salía corriendo a la terraza para ver esos vehículos centelleantes, con sus sirenas y luces. Me hacía ilusión pensar que podría estar dentro de uno de ellos para ayudar a cualquier persona que lo necesitase. Algo que hoy me sigue ocurriendo, como cualquier niño pequeño que ve pasar a un vehículo de bomberos.
Aquella ilusión de la niñez no cayó en el olvido. En 2014 me licenciaba como historiador, realicé el máster de profesorado y comencé a dar clases de Historia. La primera parte de mi sueño estaba cumplida, había conseguido ser profesor de Historia en un instituto. Pero, como persona inquieta que soy, notaba que me faltaba algo. Ese algo era el mundo de las emergencias. Busqué la forma de poder dedicarme a ello y de entre las opciones que vi, encontré que había una formación específica sobre emergencias y protección civil.
Elegí el centro IFP VIGILES porque sus instalaciones eran las mejores para poder hacer las prácticas en un ambiente lo más real posible. Decidido a tomar ese difícil paso, deje el puesto de profesor en el instituto, me matricule en la FP de grado medio de Técnico en Emergencias y Protección Civil. Podría haber optado a la titulación superior, pero quería aprender desde lo más básico, ya que creo que para poder crecer hay que tener unos cimientos bien asentados y aprendidos.
Al terminar el grado, ya estaba formando parte de un retén forestal de maquinaria pesada. Con el título recién impreso, como aquel que dice, pasé a formar parte del mundo de las emergencias, en un ámbito que me apasiona, el Mundo Forestal. Además, en septiembre de 2022, el propio instituto me brindó la oportunidad de formar parte de su proyecto educativo, pasando a ser profesor de Emergencias y Protección Civil.
En esencia, no hay mucha diferencia entre dar clases de Historia o de emergencias. Son jóvenes con el mismo rango de edad y siempre me ha gustado poder enseñar a los demás y ayudarles en el proceso de aprendizaje. Además, cuando daba clases de Historia intentaba hacerlo de una manera demostrativa y con contexto en aquellos temas que fuera posible. Con esta nueva formación, se amplía el apoyo, por así decirlo, demostrativo, ya que la teoría está muy enraizada con un componente práctico que cuidamos mucho para que los alumnos afiancen sus conocimientos.
Cierto es que esta etapa está suponiendo un reto para mí, ya que a la vez que comparto mi conocimiento enseñando a las futuras generaciones de profesionales de las emergencias, este compromiso con ellos me impulsa a mantenerme en continuo aprendizaje y formación constante en el mundo de la intervención en emergencias.
Y de esta manera, persiguiendo un sueño de niñez, de profesor de Historia he pasado a formar a futuros bomberos e intervinientes en emergencias.
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