mujer comiendo una bandeja de fruta

¿Qué es el SIBO?

El SIBO (Small Intestinal Bacterial Overgrowth, por sus siglas en inglés), conocido en español como Sobrecrecimiento Bacteriano del Intestino Delgado, es una condición en la que hay un aumento anormal de bacterias en el intestino delgado, las cuales propician problemas digestivos y de absorción de nutrientes.


Comúnmente se relaciona el SIBO con la disbiosis. Mientras que el SIBO se refiere específicamente a un crecimiento excesivo de bacterias en el intestino delgado, la disbiosis es un desequilibrio en la microbiota intestinal general, que puede ocurrir en cualquier parte del tracto gastrointestinal.
En los últimos años, ha habido un aumento notable en las intolerancias alimentarias, lo que subraya la importancia de cuidar la alimentación y estar atentos a las señales que nuestro cuerpo nos envía.

 

Síntomas del SIBO


El SIBO puede manifestarse a través de una variedad de síntomas. Reconocer estos síntomas y buscar atención médica es fundamental. Entre los principales síntomas del SIBO se encuentran:

  • Pérdida del apetito: Una disminución notable en el deseo de comer, que puede llevar a una ingesta insuficiente de alimentos. 
  • Malestar y dolor en la zona abdominal: Sensación de incomodidad o dolor persistente en el abdomen. 
  • Hinchazón: Abultamiento del abdomen debido a la acumulación de gases y líquidos. 
  • Náuseas: Sensación de ganas de vomitar, especialmente después de las comidas. 
  • Sensación de saciedad incómoda después de comer: Sensación de estar lleno incluso después de consumir pequeñas cantidades de alimentos. 
  • Diarrea o estreñimiento: Alteraciones en el ritmo intestinal que pueden variar.
  • Flatulencia excesiva: Producción excesiva de gases.
  • Pérdida de peso involuntaria y malnutrición en casos extremos: Incapacidad del cuerpo para absorber nutrientes adecuadamente, lo que puede llevar a la pérdida de peso y deficiencias nutricionales.


Pruebas de diagnóstico de SIBO


Si presentas varios de los síntomas asociados al SIBO y acudes al médico para una evaluación adecuada este profesional realizará pruebas diagnósticas para confirmar la presencia de SIBO y determinar el tratamiento adecuado. Entre las pruebas de diagnóstico de SIBO se incluyen:

  • Prueba de aliento para medir los gases: Esta prueba mide los niveles de hidrógeno y metano en el aliento después de ingerir una solución de lactulosa o glucosa. Si existen niveles elevados de estos gases indica un crecimiento excesivo de bacterias en el intestino delgado.
  • Aspirado y cultivo de muestras del intestino delgado: Este método implica obtener una muestra del contenido del intestino delgado mediante endoscopia y cultivarla para identificar la presencia de bacterias.
  • Análisis de sangre y heces para medir desequilibrios nutricionales: Estos análisis ayudan a detectar deficiencias nutricionales y otras alteraciones metabólicas que pueden estar asociadas con el SIBO.
  • Pruebas de imagen para ver el estado del tracto gastrointestinal: Estudios como la radiografía, ecografía o tomografía computarizada pueden ser útiles para evaluar el estado general del tracto gastrointestinal y descartar otras condiciones.


El tratamiento médico para el SIBO suele incluir el uso de antibióticos para restaurar el equilibrio bacteriano en el intestino delgado. Sin embargo, lo más importante es llevar un estilo de vida saludable y una alimentación adecuada.

 

 

Cómo afecta el SIBO a la alimentación


El SIBO afecta la absorción de nutrientes a través de una combinación de competencia directa con los nutrientes, alteración del ambiente intestinal, daño a la mucosa intestinal, y cambios en la motilidad intestinal. Estos mecanismos conducen a una absorción deficiente de nutrientes esenciales, lo que puede resultar en deficiencias nutricionales. 


Algunos de los problemas de malabsorción asociados con el SIBO incluyen:

  • Malabsorción de grasas: Las bacterias en exceso pueden descomponer los ácidos biliares necesarios para la digestión de grasas, lo que conduce a la mala absorción de grasas y a la aparición de heces grasosas.
  • Malabsorción de hidratos de carbono y proteínas: Las bacterias pueden fermentar los carbohidratos no absorbidos, causando hinchazón, gas y diarrea. Además, pueden competir con el cuerpo por los aminoácidos, dificultando la absorción de proteínas.
  • Malabsorción de vitamina B12: Las bacterias en exceso pueden consumir vitamina B12, una vitamina esencial para la producción de glóbulos rojos y la función neurológica.
  • Malabsorción de ácido fólico y vitamina K: Las bacterias también pueden afectar la absorción de estas vitaminas esenciales, necesarias para la coagulación sanguínea y la síntesis de ADN.
  • Malabsorción de vitaminas liposolubles: Las vitaminas A, D, E y K, que son liposolubles, pueden no ser absorbidas adecuadamente debido a la interferencia bacteriana con la digestión de grasas.
  • Malnutrición: Todos estos problemas de malabsorción pueden llevar a una deficiencia general de nutrientes, resultando en malnutrición.

 

Dieta SIBO recomendada 


Para manejar el SIBO de manera efectiva, es recomendable seguir una dieta adecuada que promueva una buena digestión y reduzca los síntomas. Existen ciertos alimentos recomendados por su valor nutricional y su capacidad para aliviar los síntomas, así como alimentos que se deben evitar.


Una dieta SIBO adecuada suele incluir alimentos bajos en FODMAPs que son carbohidratos difíciles de digerir y pueden ser fermentados por bacterias en el intestino delgado. Al reducir el consumo de estos alimentos, se puede disminuir la fermentación bacteriana.


Dieta con alimentos FODMAP SIBO


FODMAP es un acrónimo en inglés que significa Fermentable Oligosaccharides, Disaccharides, Monosaccharides and Polyols, que en español se traduce como Oligosacáridos, Disacáridos, Monosacáridos y Polioles Fermentables. 
Como veníamos anunciando, la dieta baja en FODMAPs es una estrategia dietética que ha demostrado ser muy efectiva para manejar los síntomas del SIBO.  
Los principales grupos de FODMAP son:

  • Oligosacáridos: Se encuentran en alimentos como el trigo, la cebolla, el ajo, las legumbres y ciertos vegetales. 
  • Disacáridos: El más común es la lactosa, que se encuentra en productos lácteos como la leche, el queso y el yogur. 
  • Monosacáridos: La fructosa es el principal monosacárido implicado en los síntomas del SIBO. Se encuentra en frutas como las manzanas, las peras y la miel. 
  • Polioles: Estos son alcoholes de azúcar que se encuentran en edulcorantes artificiales y ciertos frutos como las ciruelas, las manzanas y las peras.

 

Listado de alimentos recomendados para el SIBO


Los alimentos recomendados que son bajos en FODMAP y pueden ayudar a controlar los síntomas del SIBO son:

  1. Frutas con bajo contenido de carbohidratos fermentables: piña, plátano, clementina, kiwi, fresas o frambuesas.
  2. Vegetales y hortalizas: tomate, calabacín, espinaca, berenjena o zanahoria.
  3. Legumbres: judías verdes.
  4. Frutos secos y aceites vegetales: margarina, semillas de chía o nueces.
  5. Cereales sin fructanos y tubérculos: trigo sarraceno, avena, quinoa, pasta sin gluten, arroz o patatas.
  6. Carnes, pescados, mariscos y huevos: cualquier carne no procesada y aves de corral, todo tipo de mariscos y pescados.
  7. Bebidas: leche de almendra o coco, tés, agua o vino.
  8. Otros: estevia, sacarina o sirope de arce o arroz.

Existe una gran variedad de alimentos que favorecen a reducir esta afección. En el caso de las residencias para personas mayores de ILUNION, la alimentación puede adaptarse para cumplir con las necesidades específicas de aquellos pacientes con SIBO, garantizando así que reciban los nutrientes necesarios sin agravar los síntomas.

 

Alimentos prohibidos para el SIBO


Evitar ciertos alimentos puede ayudar a reducir la fermentación excesiva en el intestino delgado. Los alimentos que se deben evitar son:
 

  • Lácteos con lactosa: leche o quesos de origen animal.
  • Frutas con alto contenido en fructosa: manzana, pera, cereza, sandía, mango o melocotón.
  • Almidones fermentables: pan, pasta o arroz.
  • Alimentos ricos en fibra insoluble: cereales integrales, legumbres y algunas verduras.
  • Ajo y cebolla.

 

Cómo ayuda un estilo de vida saludable al SIBO


Un estilo de vida saludable puede ser un gran aliado en el manejo del SIBO. Mantenerse activo es fundamental; practicar ejercicio físico regularmente, ya sea caminar, nadar o realizar deportes de intensidad moderada, ayuda a mejorar la motilidad intestinal y reducir los síntomas asociados al SIBO. Además, el descanso de calidad es también muy importante. Asegúrate de dormir lo suficiente y de mantener una rutina de sueño regular para que tu cuerpo se recupere y funcione de manera óptima.

 

mujer haciendo yoga


 

El estrés está relacionado directamente con los síntomas del SIBO. La meditación, el yoga y otras técnicas de relajación pueden ser muy efectivas para reducir el estrés y mejorar tu bienestar general. Establecer un tiempo diario para la relajación y la desconexión puede marcar una gran diferencia en cómo te sientes.


Además de estos cambios en el estilo de vida, es importante prestar atención a la dieta y considerar la toma de complementos alimentarios que puedan ayudar a equilibrar la flora intestinal. Probióticos y prebióticos pueden ser útiles para mantener un equilibrio saludable de bacterias en el intestino, pero siempre es recomendable consultar a un profesional de la salud antes de empezar cualquier suplemento.


En resumen, combinar una dieta adecuada con un estilo de vida activo y técnicas de manejo del estrés puede ser la clave. Estos cambios además de ayudar a aliviar los síntomas también contribuyen a mejorar la calidad de vida en general.


Si necesitas más detalles sobre la alimentación en nuestras residencias, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.

 

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